Manifiesto de la PRIMAVERA GLOBAL #12M15M


Documento en continua modificación:

De pequeños nos enseñaron que si trabajábamos mucho, ganaríamos mucho dinero. Si no trabajábamos, seríamos pobres. Vimos en televisión héroes que salvaban el mundo. Luego crecimos, estudiamos porque nos dijeron  que estudiar es bueno. Fuimos a la escuela, donde nos enseñaron lo que tenían que enseñarnos, pero no el porqué. Nos eliminaron  la curiosidad. No nos permiteron cuestionar lo establecido. En definitiva, no aprendimos lo importante de verdad. Clasifican a los alumnos en función de sus notas para saber cuál es más apto y cuáles son sus habilidades. Clasifican en función de parámetros que sólo responden al espacio que ya ha sido elegido para ti en esta sociedad, en tu trabajo. Trabajo que ahora sólo te da para malvivir, y que muchas veces ni siquiera has elegido, sino que te ha venido dado, y como tal debes aceptarlo, sin rechistar. Como mucho, mostrarte feliz porque tienes un trabajo.
Ahora que sabemos que para estar arriba tenemos que renunciar a nuestros valores, ¿qué pasa si no queremos? Ahora que existe Internet, que se escapa al control de muchos, ¿qué pasa si nos informamos? Ahora hay una multitud que comienza a pensar. Habéis creado una juventud que se ha esforzado por alcanzar sus sueños, le habéis dibujado un mundo que sabíais que no era real y ahora quiere crearlo. Y lo peor para vosotros, está formada para ello. En las calles protestan ingenieros, médicos, arquitectos, filósofos, etc. También se reúnen, hablan y discuten alternativas.

Hemos llegado a un mundo en el que el triunfo se ha asimilado a la pérdida de valores esenciales de la humanidad, como la solidaridad y el apoyo mutuo. Es más, todo aquello que no fomente la competitividad, el egoísmo y la avaricia es presentado como disfuncional, según los parámetros de los mercados. Una ideología inmoral que se ve reforzada por la hegemonía cultural de los grandes medios de comunicación, auténticos instrumentos para crear el consenso necesario alrededor de este sistema injusto e insolidario.
Pero no nos hemos quedado callados. Desde Túnez a la Plaza Tahrir, desde Madrid a Reijkiavik, desde Nueva York a Bruselas, los pueblos del mundo se han alzado, en la Primavera Árabe, en la dignidad islandesa, en la indignación del 15M o la Ocupación de Wall Street. Todos unidos hemos denunciado el estado actual del mundo. Nuestro esfuerzo ha servido para decir basta ya a escala mundial, y comenzar a forzar cambios, aún nacientes pero en los que debemos seguir avanzando.

Es por ello que nosotros, mujeres y hombres, habitantes de este planeta, hemos decidido libre y fraternalmente hacer oír nuestra voz otra vez este 12 de Mayo en todo el mundo, para denunciar el estado actual de nuestro planeta, y exigir la aplicación de otras políticas distintas, destinadas al fomento y promoción del bien común.

Denunciamos que la actual distribución de los recursos económicos es tal que sólo una minoría muy exigua escapa de la pobreza o la precariedad. Las generaciones futuras están condenadas a recibir una herencia envenenada debido a los riesgos medioambientales provocados por muy pocos para su beneficio. Los sistemas políticos democráticos, allí dónde los hay, han sido vaciados de sentido casi en su totalidad, poniéndolos al servicio de los mismos que sólo están interesados en aumentar el beneficio para sus corporaciones o instituciones financieras, sin importar el destino del planeta o de sus habitantes.

También denunciamos que la actual crisis no es un accidente natural. Ha sido provocada por la avaricia de los mismos que han llevado al mundo hasta esta situación. Con la ayuda de una ciencia económica que ha perdido su sentido original de gestión del bien común, para convertirse en ideología al servicio del poder financiero, pretenden imponer medidas que asfixian aún más a miles de millones de personas, sin pedirles permiso, tan sólo argumentando que no hay otra solución posible. Dicen que debemos dejar nuestro futuro en manos de los mismos expertos que lo están destruyendo.

Pero también, aquí y ahora, hemos vuelto. Hemos despertado y ya no sólo para quejarnos. Ahora apuntamos a los verdaderos causantes de la crisis, a sus políticas y a sus mentiras disfrazadas de vacía retórica. Y proponemos alternativas a sus políticas, que permitan remediar la actual situación y avanzar hacia un mundo más democrático, dónde reinen los valores de la libertad, la igualdad, y la fraternidad, el viejo sueño de nuestros antepasados cuando se levantaron contra la opresión en el pasado por todo el planeta. Un mundo donde cada hombre o mujer tenga garantizado el derecho a la libre búsqueda de la felicidad, personal y colectiva.

Esto es lo que exigimos:
(Las líneas a continuación son una recopilación de reivindicaciones que se han recogido durante estos meses de trabajo de coordinación de Mayo2012. Bajo ningún concepto se intenta imponer todas o una parte de las mismas a ninguna persona o asamblea, por favor coger las que os parezcan válidas y anotad vuestras sugerencias, vuestras propias exigencias junto con la manera de conseguir las mismas (no podemos darnos el lujo de presentar reivindicaciones vacías) y empezar el trabajo de conseguir estos objetivos a nivel local, y “de abajo hacia arriba”, gracias).

La economía debe estar al servicio del bienestar general y del sostén y cuidado del medio ambiente, no del beneficio privado. Por ello exigimos:

– Acceso libre y universal a la salud, la educación y la vivienda de todos los seres humanos, mediante las políticas adecuadas para ello. Rechazamos frontalmente la privatización de la gestión de los servicios públicos, y el uso de estos servicios esenciales para el lucro privado.
– Jubilación digna para todos.
– Todo ser humano debe tener acceso a una renta adecuada para su sustento, por lo que pedimos trabajo para todos o, en su defecto, renta básica universal.
– Pedimos la democratización en el acceso y gestión de los medios de comunicación. Estos deben servir a la educación de la ciudadanía, no a la creación de un consenso artificial alrededor de las políticas equivocadas.
– Además de pan, queremos rosas. Todos tenemos derecho a disfrutar de la cultura, participando de un ocio creativo y enriquecedor, al servicio del progreso humano. Por ello, reclamamos la progresiva reducción de la jornada laboral, sin disminución da la renta.
– Moratoria indefinida para la producción y comercialización de transgénicos. De forma complementaria, debe promoverse la soberanía alimentaria como instrumento de cuidado de los ecosistemas locales y del bienestar de sus habitantes.
– Políticas de fomento del paso de los combustibles fósiles a las energías renovables. Exigimos políticas que entiendan que el cambio de modelo de vida será ecológico o no será. Estas políticas deben partir de una base simple: no puede malograrse el equilibrio de los ecosistemas por simple afán de lucro. De hecho, esto debe estar perseguido en todo el mundo como delito medioambiental.

Para alcanzar estos objetivos, consideramos que la economía debe de ser gestionada democráticamente, a nivel regional y global, arrebatando el control de las variables fundamentales de la misma a las instituciones financieras, transnacionales, y sus lobbies. Para ello pedimos:

– Control y regulación de la especulación financiera, mediante la abolición de los paraísos fiscales, una tasa a las transacciones financieras internacional (International Taxation on Finance), y la reforma democrática del FMI y el BM, cuyo mandato a partir de ahora debe ser el fomentar un desarrollo económico basado en la toma de decisiones democrática.
– Reformas del sistema de comercio mundial, evitando el dumping salarial y comercial entre países, mediante una reforma de la Organización Mundial del Comercio y los Acuerdos Globales de Comercio y Servicios (Global Agreements on Commerce and Services), responsables de la mercantilización de la vida y sus recursos.
– Recuperación del control democrático de los bienes comunes, entendiendo como tal todos aquellos recursos naturales e instituciones económicas fundamentales para el buen ejercicio económico. Esto es: el agua, la energía, el aire, las telecomunicaciones y el sistema financiero y monetario. En todos estos casos, sus gestores deben ser responsables ante la ciudadanía, y velar sólo por sus intereses, no por los de una exigua minoría de capitalistas financieros.
– Una fiscalidad regional y local que atienda al principio de solidaridad. Quien más tiene debe contribuir más al pago de los servicios destinados al bienestar colectivo. Debe además limitarse el ingreso máximo y regularse el mínimo en cada país, como medida efectiva para reducir la escandalosa brecha social en nuestras sociedades y sus perniciosos efectos sociales, políticos y económicos.

– No más dinero para rescatar a los bancos. Exigimos una auditoría social de las deudas contraídas por los países, y no pagar la deuda ilegítima contraída con las instituciones financieras.
– Fin absoluto de las políticas de austeridad fiscal, que sólo benefician a una minoría y causan gran sufrimiento a la mayoría.
– Fin de la personalidad jurídica de las corporaciones. Las empresas no pueden ser sujetos de derecho al mismo nivel que las personas.

Además, consideramos que los sistemas políticos deben ser plenamente democráticos. Por eso, pedimos:

– Plena democratización de las instituciones internacionales, eliminando la capacidad de veto de unas pocas potencias.
– Todas las decisiones que atañen a toda la Humanidad deben ser tomadas en foros democráticos, como la asamblea de las NU, y no en clubes de países ricos como el G20 o G8.
– A nivel regional, pedimos la implementación de las instituciones democráticas para el desarrollo de una democracia lo más participativa posible, incluyendo el desarrollo de formas de democracia directa no representativa a nivel local.
– Los sistemas electorales deben ser lo más justos y representativos posible, evitando sesgos que amenacen el principio de proporcionalidad.
– Tolerancia cero a la corrupción política y económica. Debemos detener la influencia desmedida de los grandes negocios en la política, que es una de las mayores amenazas en la actualidad para la democracia.
– Exigimos la plena libertad de expresión, reunión y manifestación, así como el cese de los intentos por censurar Internet.
– Entendemos que el gasto militar es contraproducente con una sociedad políticamente avanzada, por lo que pedimos su reducción al mínimo imprescindible.
– Las minorías étnicas, culturales y sociales deben ver plenamente reconocidos sus derechos civiles, políticos y económicos.


Para garantizar estos derechos, exigimos a nuestros representantes que hagan cumplir estrictamente los tratados internacionales que los obligan, empezando por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, e implementen instituciones destinadas a velar por su cumplimiento y penalizar a los infractores, como un Tribunal Global para juzgar crímenes sociales, económicos y medioambientales perpetrados por países, gobiernos y corporaciones. La justicia debe ser para todos, o no será.

Consideramos que, independientemente de las circunstancias propias y concretas de cada país, ciudad, o aldea, estas medidas representan lo que queremos. Por todo esto, por todo lo que esta primavera global representa, nos veremos el 12 de mayo. Porque no queremos dejar de ser personas. No somos números, somos hombres y mujeres libres.

¡Por la primavera de los pueblos!
¡Por la democracia y la justicia social a nivel global!
¡Tomemos las calles el 12 de Mayo!

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