El PP impide que se investiguen los crímenes de guerra nazis en Castellón

Durante los años 30 y debido a la prohibición impuesta por el Tratado de Versalles, los alemanes habían estado llevando en secreto un rearme total de las capacidades militares del país. En 1935 sería presentada oficialmente, en clara violación de los tratados, la Luftwaffe –la fuerza aérea alemana-, que Hitler dejaría en manos de Göring. El comienzo de la Guerra Civil en España, supuso la oportunidad perfecta para probar los vanguardistas aparatos alemanes, que habrían de llevar a Europa la Blitzkrieg.


Fueron aeronaves enviadas por Hitler las encargadas de transportar al sublevado Ejército de África hasta la península, haciendo viable el levantamiento militar de 1936. El apoyo de Hitler a los golpistas se materializaría, además, en el envío de la Legión Cóndor. Esta fuerza aérea contaba entre sus filas con el bombardero en picado Stuka, muy popular debido al característico sonido que emitía su sirena –denominada “Jericho-Trompete”- cuando el aparato llevaba a cabo su letal descenso en picado.

Serían estos Stuka los que, a finales de mayo de 1938, llevasen a cabo el conocido como “Guernica de Castellón”, bombardeando durante varios días, sin motivo aparente, los municipios de Albocàsser, Benassal, Vilar de Canes y Ares del Maestrat, asesinando a 40 personas. Los habitantes del lugar nunca supieron qué motivó el ataque a los pequeños pueblos, sin ningún tipo de importancia estratégica. Durante años ni siquiera supieron quién lanzó las bombas que volaron por los aires sus vidas.


El pasado jueves el grupo parlamentario Compromís en el Senado presentó una propuesta, firmada por Carles Mulet y Jorge Navarrete, para indemnizar a las víctimas identificadas y los municipios del Maestrat afectados por los bombardeos. La propuesta tenía también la finalidad de tratar de esclarecer de manera oficial, tras 40 años de democracia, “quién o quiénes autorizaron a sus aliados perpetrar los ataques descritos sobre los cuatro pueblos rurales del interior de Castellón”. El grupo presentó, además otra moción para investigar los trabajadores esclavos durante el Franquismo.

Todos los grupos de la Cámara Alta mostraron su apoyo a ambas mociones, a excepción del Partido Popular que, valiéndose de su mayoría en el Senado, consiguió impedir que las propuestas saliesen adelante. Además, el senador popular Manuel Altava, culpó a la República del bombardeo nazi, alegando que “lo realmente llamativo es que las autoridades republicanas, que estaban allí, no evacuaran a la población civil de esa zona en el frente de la retaguardia”.

La opinión del PP se opone así a la versión que la propia documentación de la Legión Cóndor muestra de los hechos. Óscar Vives, un profesor de Física de la Universidad de Valencia -cuya familia perdió a seis miembros en el ataque-, llevó a cabo una investigación que le llevó a dar, en Alemania, con un informe guardado en los archivos militares de Friburgo. Sus cincuenta páginas –y numerosa documentación fotográfica- prueban que los nazis llevaron a cabo el bombardeo a modo de experimento ordenado por la Luftwaffe de Adolf Hitler.


Pese a la versión que mantiene el PP, la meticulosidad documental de los nazis muestra que la razón por la que se perdieron cuarenta vidas durante aquellos días –y otras muchas quedasen destruidas para siempre- fue que Hitler quería probar el efecto que una bomba de 500 kg tenía sobre un núcleo de población.