Comunismo libertario o barbarie

El calentamiento global sigue un escenario turbulento que se prevé que entre en crisis aún más fuertes en el futuro. Cada vez son más las voces que señalan que en un futuro no muy lejano nos enfrentamos a un periodo de colapso de las sociedades, especialmente las occidentales tal y como las conocemos. Dos grandes factores que lo provocarían son la crisis energética y de recursos y la crisis ecológica. Otra a tener en cuenta sería la crisis humanitaria. La causa última de estos factores es la dinámica del sistema actual.

Hay dos personas que son referentes muy interesantes que tratan las perspectivas de colapso en base a los dos primeros factores mencionados. Porque se explican muy bien y hacen un buen trabajo de difusión, porque abordan los temas con rigor y profundidad y porque parece que prefieren decir lo que creen que es verdad y no lo que el oyente o el poder quiere oír. Son Antonio Turiel y Carlos Taibo. El primero, autor del blog «The Oil Crash» y del libro «Petrocalipsis. La crisis energética mundial y cómo vamos a resolverla». El segundo, autor de los libros «Colapso: capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo», «Antes del colapso. Por la autogestión y el apoyo mutuo» y «Iberia vacía. Despoblación, declive, colapso».

Ambos tienen, además, numerosas conferencias y presentaciones disponibles en YouTube. Taibo sugiere, al principio de una: «Imagina que estás en un puerto y quieres ir a una isla y tienes que subirte a un barco y alguien te dice que este barco tiene un 7% de posibilidades de hundirse durante el viaje. Sospecho que nadie subiría al barco si no tuviera una necesidad inexorable de llegar a la isla. Estoy firmemente convencido de que el riesgo de un colapso general del sistema es mucho mayor que el 7% y, sin embargo, cada día seguimos subiendo a este barco del sistema. Echa un vistazo a los vídeos, bueno, no vayamos por ahí.

Enfrentarse a las terribles realidades de la crisis energética y de recursos y de la crisis ecológica puede generar sentimientos de miedo o ansiedad (eco-ansiedad), por lo que pueda pasar. El sufrimiento que pueden causar las consecuencias de los acontecimientos es la parte negativa más evidente de la cuestión, que puede ser realmente terrible. El lado positivo es que un período de profunda crisis del sistema podría permitir el resurgimiento de formas de organización y valores mucho mejores. También parece una buena noticia que se frenen los niveles de consumo de ciertos productos: si no se pusiera un tope al fenómeno de los smartphones y al consumo masivo de «nuevas tecnologías», ¿querríamos ver cómo serían nuestros bisnietos? La idea me asusta. El fin de las patatas fritas baratas tiene su encanto.

El sistema actual no revela nuestra historia más digna. No quiere que estudiemos sus crímenes contra esa historia. Quiere que pensemos que «todo en el pasado era peor» y así dar gracias por lo que tenemos, lo que nos impone. Quiere que pensemos que «no hay alternativa» a las formas estatales y capitalistas de organización social. Quiere sumirnos en la misantropía, en el odio a nosotros mismos: «el ser humano es y siempre ha sido una mierda».

Por eso, sí, estudiaremos este sistema. Porque la humanidad -en general y en nuestros territorios- se ha organizado durante largos periodos de tiempo de forma mucho más libre, descentralizada, soberana y digna que las que conocemos hoy. Al conectar con las mejores creaciones de nuestra especie, ganaremos estima por el buen potencial que tenemos como humanos, y esta estima nos dará sentido y razones para luchar. Si durante siglos nuestros antepasados se organizaron en una verdadera democracia (directa, local), establecieron y mantuvieron la propiedad y los derechos comunales, trabajaron juntos, se ayudaron y convivieron… Nosotros también lo haremos, lucharemos por hacerlo.

Si se produce el colapso del sistema -ya sea más gradual o más repentino- nos llevará a situaciones en las que está en juego nuestra supervivencia, la de muchas personas. En la lucha por la supervivencia, tendremos que elegir sobrevivir con los demás y no contra o sobre los demás. En este camino de supervivencia individual y colectiva, tratando de no dejar a nadie atrás, sentaremos las bases de una sociedad más justa y libre. La confrontación con las élites de la sociedad actual, que concentran una acumulación de riqueza y poder sin precedentes, será inevitable. Tendremos que levantarnos y proponer una alternativa creíble. Con el comunismo libertario o la barbarie como horizonte.

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Traducido por Joya

Original: le-libertaire.net/socialisme-libertaire-barbarie/