La Primavera Valenciana llega al teatro en su cuarto aniversario

En apenas unos días se cumplirán cuatro años de la  Primavera Valenciana. Para el dramaturgo Gabi Ochoa este conflicto en el que los estudiantes del IES Lluís Vives de Valencia acabaron siendo declarados «enemigos» por los Cuerpos de Seguridad del Estado, «supone junto al Accidente de Metro de 2006 el punto de inflexión y más bajo de la sociedad valenciana».

Ochoa, que alcanzó durante 2015 algunos de sus mayores reconocimientos a partir de la obra Las guerras correctas, producida por Teatro del Barrio, llevará el próximo 16 de febrero al propio Instituto la lectura dramatizada de su obra Vives. Su idea de crear en torno a lo acontecido durante aquellos días surgió allí mismo: «el primer día me enteré por la prensa, pero el segundo me pilló en la Plaza de San Agustín. Recuerdo que esa misma tarde ya se creó un grupo de dramaturgos en Facebook tratando de analizar el tema, llamado Observatorio de la Realidad, pero yo quise acercarme allí mismo donde pasaba».

12670456_1135675073139138_3909029314325682468_n_NoticiaAmpliada (1)De hecho, reconoce que con este asunto «y con la corrupción», a menudo en Madrid son otros colegas los que le piden «que tengamos charlas. Esto se deriva de la fascinación por las cosas que pasan lejos y la dificultad en poner atención a lo que sucede en tu entorno más inmediato», apunta, tras una situación de trabajo en desarrollo en torno a esta obra que le llevó a entablar ideas con Josep Lluís Sirera.

Aunque Vives está concebida como una obra de teatro, la imposibilidad de hilvanar una producción teatral por el momento le ha llevado a ponerla en escena a través de la lectura: «al menos quería que en el cuarto aniversario los chavales pudieran acercarse a la obra». El texto toma como punto de partida la investigación en torno a la figura de Lluís Vives: «quise saber mejor quién y me di cuenta de que él mismo había vivido como sus padres le enviaban fuera a estudiar y, de repente, se enteraba de que les habían quemado en Valencia y no podía volver. A partir de ahí se desarrolla toda una vida en la que Vives tiene que luchar contra la intransigencia, algo que sucede desde el siglo XVI y de lo que no nos hemos concienciado todavía».

Ese punto de unión entre hitos históricos, además del juego y fórmula de la palabra, sirven a Ochoa para invitar a la reflexión a la sociedad. En su propio contexto, el de anticipar la lectura dramatizada a la producción de la obra, defiende la vigencia de este tipo de proyectos con otros casos de éxito: «la obra de teatro Zero responsables agotó todos sus pases en La Nau (donde irá también los días 17 y 18 Vives), se fue al Teatre el Micalet y se repuso dos o tres veces… ¡y éramos 40!».

Ochoa, no obstante, avanza que la obra trata de señalar en gran medida la delicada situación del sistema docente: «es un sector muy apaleado. Como filólogo de formación, sigo su situación y es frágil y sobre la que se sigue aplicando mucho maquillaje».